Aportes para el desarrollo de Argentina

(Una historia personal, un «paper» y 7 libros para recomendar)

Un día laboral de noviembre del 2001. Como todas las mañanas, terminaba de estacionar en la cochera del Ministerio de Agricultura de la Nación (entonces SAGPyA), en Av. Paseo Colón 922, tenía programada una reunión en mi oficina pero esta vez había demorado menos de lo previsto en recorrer Av. Del Libertador desde el departamento que alquilaba en el barrio de Belgrano, así que me quedé en el auto escuchando a un político que era entrevistado en la radio.

Como economista trabajaba en el PROSAP evaluando proyectos de infraestructura para mejorar la competitividad agroindustrial, además, una o dos veces al mes volaba a las provincias argentinas para explicar y difundir entre los ministros y funcionarios locales los beneficios derivados de articular los planes estratégicos provinciales de desarrollo agroalimentario.

Pero por esos días mi atención estaba focalizada en la marcha de la economía argentina y la probabilidad de un próximo default. En ese entonces, Nouriel Roubini comenzaba con su GEMonitor y me devoraba los papers que se publicaban sobre la argentina. Mis ahorros estaban en un portfolio con poca diversificación (grave error) y colocados mayormente en Bonos del Tesoro Argentino denominados en dólares, ya que mi idea era utilizarlos al año siguiente para cursar una maestría en el exterior. Y esa mañana, dentro de mi auto, y mientras esperaba para subir a mi oficina, pensaba: ¿Qué hacía con mis ahorros? ¿Confiaba en la Argentina o los transfería afuera como estaban haciendo tantos otros?

¡Si!, era cierto que el peso había perdido competitividad y que la convertibilidad se mantenía en base a un creciente financiamiento. Pero una beneficiosa reversión de los términos del intercambio estaba a la vuelta de la esquina. Además, las consecuencias de un default crearían un daño mayor y serían catastróficas para la Argentina. La «corporación política» no cometería una acción de tal magnitud. Había otras opciones mejores desde el punto de vista del costo socio-económico. Decidí conservar mis bonos.

Pero cometí el error de sobrestimar la capacidad de nuestros líderes (o quizás subestimar su perversidad) de encontrar una solución menos costosa para nuestro problema de competitividad (y para ser justos con la verdad, también algunos organismos internacionales de crédito se comportaron convalidando la mala praxis). Así, lo evitable llegó y mientas nuestros legisladores aplaudían el default de nuestra deuda y algunos despotricaban contra los «acreedores externos», yo, joven argentino de clase media, veía como se esfumaban mis ahorros. Luego, a partir del 2002, llegó la gran lotería de la redistribución compulsiva de la riqueza. Si tenías «deudas con el banco o dólares por fuera del sistema», quedabas del lado de los ganadores. Si en cambio poseías «ahorros en bonos o dólares en el banco», quedabas del lado de los perdedores.

Sin embargo, la vida te da revancha y gracias a un “full scholarship” de Rollins College, en mayo del 2002 estaba cursando mi MBA en los Estados Unidos.

No obstante mi nueva vida, en mi cabeza continuaba rebotando el eco de la crisis argentina y hasta había adoptado como propia una conocida cita entre los economistas: “En el mundo existen 4 tipos de países, los desarrollados, los subdesarrollados, los que están en vía de desarrollo, y la Argentina.”

Y así fué como prosigió mi autodidacta viaje intelectual para entender la dinámica de nuestro país, pero ya desde un punto de vista más integral y no simplemente desde los modelos macroeconómicos que había estudiado durante mi carrera de economía en la Universidad de Buenos Aires. Así, rápidamente me dí cuenta que el fondo de los problemas argentinos no estaban (ni están) en su economía sino que se derivan de la organización política y económica del país, cimentada sobre los que Douglas North llama las “reglas de juego institucional”.

Y readaptando el concepto de óptimo de pareto, en el año 2003 comencé un blog que lo denominé “La República Ineficiente” a modo de reflejar la idea de un país que vive permanentemente por debajo de sus posibilidades y donde los incentivos, creados por las instituciones y sus reglas de juego, no permiten que los actores económicos actúen para alcanzar la “frontera óptima de bienestar y desarrollo”. Los rastros dejados por dicha exploración intelectual entre el 2003 y 2005 han quedado registrado en dicho blog y en cada uno de sus capítulos-categorías.

Un par de años después (y lo que constituyó una motivación para escribir esta nota), llegaría Daron Acemoglu, con su excelente libro “Why Nations Fail” a esclarecer, profundizar y sustentar con evidencia, aquellas incipientes hipótesis que había comenzado a reflejar no sólo en el blog, sino también en un paper que escribí en el 2003 titulado… «La República Ineficiente». Y se concuerde o no con las ideas de «instituciones inclusivas versus exclusivas» desarrolladas por Acemoglu y Robinson, su libro no debería faltar en la biblioteca de todo estadista que quiera contribuir a una mejor Argentina. He seleccionado un pasaje de dicho libro que trasmite con claridad mi línea de pensamiento  “…while economic institutions are critical for determining whether a country is poor or prosperous, it is politics and political institutions that determine what economic institutions a country has.”

Antes de terminar, algunas importantes recomendaciones que siempre ayudan para que nuestras teorías no se estrellen contra la realidad, ya que como algún sabio dijo, el camino al infierno está plagado de buenas intenciones.

La economía, como otras ciencias sociales, se basa en supuestos sobre la naturaleza humana, y no es posible ser un buen economista si no se entiende primero como funciona el hombre. Adam Smith revolucionó la forma de pensar nuestra especialidad con su “Riqueza de las Naciones” pero antes que economista fue filósofo, dejándonos una obra de de igual valor “Teoría de los sentimientos morales” donde analizaba la racionalidad de la mente humana y los principios o virtudes que sofrenan ciertas acciones indeseadas.
Y sobre esta racionalidad (mal o bien entendida) del comportamiento humano se basó el desarrollo de toda la teoría económica. Sin embargo, basta un rápido repaso por la historia financiera del mundo para darnos cuenta que estos supuestos han fallado en muchas ocasiones. Podemos encontrar muchos ejemplos en “Manias, Panics and Crashes” de Charles Kindleberger.

Al respecto, en años recientes y gracias a las neurociencias y la psicología, ha habido un gran avance en comprender la naturaleza y comportamiento humano. Así, el estudio y las consecuencias de la irracionalidad de ciertas acciones están siendo plasmadas dentro de una nueva rama conocida como “behavioural economics” y también desde otras disciplinas. (Recomiendo “The Blank Slate” de Steven Pinker). Un consejo: si los hacederos de política construyen sus modelos basados en la racionalidad absoluta y constante de los actores económicos, o importan modelos académicos sin adaptarlos a nuestra idiosincrasia,  la probabilidad de fracaso será alta. Un economista que quiera convertirse en estadista debe ver el bosque completo y no sólo el árbol de su especialidad.

Finalmente, pero no menos importante, debemos desarrollar las habilidades cognitivas y el espíritu crítico (critical thinking). ¿Por qué? Porque en una disciplina como la economía, donde se otorgan premios nobel a personas que sostienen teorías opuestas, la tentación de algunos «pundits» en desafiar el otro 90% de las hipótesis donde hay coincidencias es muy grande. Y muchas personas terminan siendo víctimas intelectuales de quienes utilizan sofismas, falacias y estratagemas económicos para sostener su ideología.

Y otro consejo final: siempre hay que mantenerse mentalmente dispuesto (y tener la flexibilidad intelectual) a modificar nuestros modelos teóricos cuando la evidencia refuta consistentemente nuestras hipótesis.

Te invito a leer mi paper sobre la república ineficiente y a repasar mi selección de “7 Libros imprescindibles para mejorar la Argentina”, los cuales se listan a continuación.

7 Libros imprescindibles para mejorar la Argentina

Las principales causas del desarrollo y avance de las sociedades son las «reglas del juego» y los incentivos que éstas generan sobre los individuos. En otras palabras, y parafraseando a Bill Clinton y su célebre frase «Es la economía, estupido!», en realidad «Son las instituciones, estúpido!». Las instituciones económicas ciertamente, pero éstas son determinadas por las instituciones políticas que a su vez son determinadas por la política misma.

En esta línea de pensamiento, seleccioné los 7 libros imprescindibles que no deberían faltar en la biblioteca de todo aquel que quiera comenzar a entender la dinámica política y económica de nuestro país. Parto de la base de que el lector ya posee cierto grado avanzado de conocimiento y estudio sobre economía, historia argentina y mundial, derecho y política.

1. Evidencia, evidencia, y más evidencia! ¿Qué ha funcionado y qué no ha funcionado? Aprendamos de los errores del pasado

undestandingUnderstanding the Process of Economic Change, by Douglass C. North (2005)
North argues that economic change depends largely on «adaptive efficiency,» a society’s effectiveness in creating institutions that are productive, stable, fair, and broadly accepted–and, importantly, flexible enough to be changed or replaced in response to political and economic feedback. While adhering to his earlier definition of institutions as the formal and informal rules that constrain human economic behavior, he extends his analysis to explore the deeper determinants of how these rules evolve and how economies change. Drawing on recent work by psychologists, he identifies intentionality as the crucial variable and proceeds to demonstrate how intentionality emerges as the product of social learning and how it then shapes the economy’s institutional foundations and thus its capacity to adapt to changing circumstances.

2. Teorizando y formulando hipótesis sobre la evidencia: ideas que merecieron un Premio Nobel en Economía

institutionsInstitutions, Institutional Change and Economic Performance, by Douglass C. North (1990)
Continuing his groundbreaking analysis of economic structures, D.North here develops and anaytical framework for explaining the ways in which institutions and institutional change affect the performance of economies, both at a given time and over time. Institutions exist, he argues, due to the uncertainties involved in human interaction; they are the constraints devised to structure that interaction. Yet institutions vary widely in their consequences for economic growth and development, while other economies develop institutions that produce stagnation.

3. ¿Y por casa cómo andamos?: Las reglas de juego de nuestras instituciones

progresoProgreso y Declinación de la Economía Argentina, por Roberto Cortes Conde (1998)
El comienzo del siglo XX encontró a la Argentina en plena prosperidad. Los niveles de progreso y riqueza de nuestro país fueron similares a los de las naciones más adelantadas. De acuerdo con este trabajo, las causas de su declinación deben buscarse más en el sistema institucional que en la economía misma: es el conjunto de reglas, de acuerdos y consensos lo que permite que esta funcione.
En «Progreso y declinación de la economía argentina. Un análisis histórico institucional», se analizan los momentos centrales de la historia económica argentina y se reflexiona, con estilo claro y ameno, sobre los distintos esquemas económicos que culminan en el modelo actual, que ha establecido el marco a partir del cual nuestro país pueda insertarse en un mundo globalizado de marera previsible y eficiente.

4. La mejor síntesis de la crisis argentina del 2001/02

crisisHistoria de la Crisis Argentina, por Mauricio Rojas (2002)
Originalmente escrito en sueco y traducido al inglés como «The sorrows of Carmencita: Argentina´s crisis in a historical perspective». Este libro trata de resumir, de la manera más simple y accesible, un largo recorrido histórico cuyo tratamiento en profundidad requeriría de varios tomos. En Argentina, tras setenta años de rápido crecimiento entre 1860 y 1930, vinieron setenta años de estancamiento y caos. El país que a comienzos del siglo XX era más rico que Francia, Italia y Suecia está ahora en bancarrota. Esta transformación increíble nunca podría haber ocurrido sin los errores de «el populismo, el nacionalismo y el proteccionismo mal entendidos», y de «un aparato gubernamental crecientemente corrupto». Tras décadas de conflictos redistributivos destructivos, inflación galopante, escándalos políticos fuera de los común y reformas abortadas, Argentina se encuentra ahora en una encrucijada dramática.

5. El mejor análisis sobre la historia de la argentina y sus «guiding fictions»

argentinaThe Invention of Argentina, by Nicholas Shumway (1993)
The nations of Latin America came into being without a strong sense of national purpose and identity. In The Invention of Argentina, Nicholas Shumway offers a cultural history of one nation’s efforts to determine its nature, its destiny, and its place among the nations of the world. The author approach the study of 19th century Argentina´s «mythology of exclusion» by breaking it into component parts that he call «guiding fictions.» The guiding fictions of nations cannot be proven, and indeed are often fabrications as artificial as literary fictions. Yet they are necessary to give individuals a sense of nation, peoplehood, collective indentity, and national purpose. Following this line of reasoning, Shumway´s analysis is crucial to understanding not only Argentina’s development but also current events in our republic.

6. Dado que la dinámica evolutiva de las instituciones está enraizada en el pasado, es bueno analizar cómo empezó y qué se debatía al principio

botanaLa Tradición Republicana, de Natalio Botana (1997)
Biografia intelectual de dos vidas – las de Alberdi y Sarmiento – empenadas en derrotar el desierto barbaro, La tradicion republicana define con exactitud un cuadro irrepetible de nuestra historia. El fondo lo constituyen las guerras civiles y la organizacion nacional; el horizonte, las ideas politicas que se fueron formando desde mediados del siglo XVIII hasta la penultima decada del ochocientos. Alberdi y Sarmiento interrogan ese horizonte para arrancar el principio de legitimidad de la republica confrontandolo con la realidad criolla. Esta version revisada y actualizada de La tradicion republicana nos permite reconocer en el pasado – y en las ideas que ayudaron a construir el presente – una clave infalible para su discernimiento e interpretacion. Un libro de inalterable vigencia en el que convergen la pasion y la lucidez.

7. Y finalmente, el último libro de moda entre los economistas del desarrollo

acemogluWhy Nations Fail, by Daron Acemoglu & James Robinson (2012)
Brilliant and engagingly written, «Why Nations Fail: The Origins of Power, Prosperity, and Poverty» answers the question that has stumped the experts for centuries: Why are some nations rich and others poor, divided by wealth and poverty, health and sickness, food and famine?
Daron Acemoglu and James Robinson conclusively show that it is man-made political and economic institutions that underlie economic success (or lack of it). Korea, to take just one of their fascinating examples, is a remarkably homogeneous nation, yet the people of North Korea are among the poorest on earth while their brothers and sisters in South Korea are among the richest. The south forged a society that created incentives, rewarded innovation, and allowed everyone to participate in economic opportunities. The economic success thus spurred was sustained because the government became accountable and responsive to citizens and the great mass of people. Sadly, the people of the north have endured decades of famine, political repression, and very different economic institutions—with no end in sight. The differences between the Koreas is due to the politics that created these completely different institutional trajectories.
Based on fifteen years of original research Acemoglu and Robinson marshall extraordinary historical evidence from the Roman Empire, the Mayan city-states, medieval Venice, the Soviet Union, Latin America, England, Europe, the United States, and Africa to build a new theory of political economy with great relevance for the big questions of today.
Why Nations Fail will change the way you look at—and understand—the world.